TIN y TAE: las claves para identificar un buen préstamo

Conoce las diferencias entre estos indicativos tan comunes a la hora de pedir un préstamo.
tin-tae

Llega un momento en la vida en el que quizás necesites pedir algo de dinero para poder independizarte, cambiar los muebles de tu cocina o comprar todos los coleccionables de tus cómics favoritos. En ese momento, los bancos tendrán distintas ofertas de préstamos y con unas condiciones más o menos favorables en función de tus necesidades.   

Por eso, es importante que sepas qué son, entre otras cosas, el TIN y la TAE, para que a la hora de escoger entre un préstamo u otro, elijas aquella opción que te ofrezca unas mejores condiciones, que te permitan devolverlo de forma cómoda y sin quebraderos de cabeza. 
 

¿Qué es el TIN y la TAE y en qué se diferencian?

El tipo de interés nominal (TIN) es el precio que pone el banco por prestar una cantidad de dinero. Igual que en una tienda pagamos por un producto o un servicio, con una entidad bancaria pasa lo mismo. Cuando el banco te presta dinero, tienes que pagar un precio por él, que normalmente se devuelve en un plazo determinado de tiempo.  Es decir, si pides un préstamo de 4.000€, tendrás que devolver al banco esos 4.000€ más el porcentaje de interés nominal que hayas contratado.    
 
Normalmente el TIN es el número llamativo, el que se nota que hace pesas en el gym y te seduce con solo mirarlo. Sin embargo, cuando pedimos un préstamo hay ciertos gastos y comisiones asociados que no están incluidos en el TIN, como los gastos de las operaciones, comisiones de apertura, por amortización anticipada… Por eso, hay que fijarse en la Tasa Anual Equivalente (TAE), que será el coste efectivo de ese préstamo al incluir el TIN y estos gastos asociados.  
 

Entonces, ¿tiene más importancia el TIN o el TAE?

Fijarnos solo en el TIN es dejarnos llevar por las primeras impresiones, pero no nos dice lo que realmente nos costaría ese préstamo en un futuro. En este caso, la TAE manda. El TIN es un indicador informativo que nos permite conocer el precio de un préstamo, pero no tiene en cuenta otros gastos asociados y además, puede ser mensual, trimestral, semestral…, mientras que la TAE sí recoge todos los gastos asociados y refleja el tipo de interés anual

En resumen: antes de pedir un préstamo, fíjate en la TAE que te ofrecen las distintas entidades y dedícale un poco más de tiempo a compararlos para escoger el que realmente se adapta a ti. Se trata de un indicador muy útil para comparar otros productos similares y elegir así la mejor opción. 

Cuanto más te informes, más control tendrás sobre tu dinero y tus decisiones. Y tu "yo del futuro" te lo agradecerá.  


Fuentes: 
Banco de España