La educación sobre el dinero implica saber cuánto tenemos y también el concepto de ahorro. Pero… ¿qué hay de las donaciones? ¿Estamos danto la importancia que se merece a este acto de generosidad?
Aprender a contar cuánto dinero teníamos para poder comprar unas chucherías en la tienda de al lado es algo que marcó la infancia de muchos de nosotros. Después de eso viene el racionalizar y pensar en el ahorro: "¡Si me comprara menos dulces, podría ahorrar para comprarme un juguete más tarde!".
Pero apartar dinero para regalar o para donar puede parecer menos común. Y, sin embargo, el sentido de dar y compartir es un valor de solidaridad que debemos transmitir a nuestros hijos.
Como en todo proceso educativo, explicar y dar ejemplo son las mejores formas de aprender. Es fundamental para que nuestros hijos se identifiquen con nosotros. Como padre, tu papel es primordial porque tus hijos se identifican contigo.
Si nuestros hijos ven que solemos realizar donaciones a organizaciones benéficas, asociaciones o personas necesitadas en la calle, les parecerá natural. A medida que crezcan, adoptarán más fácilmente este modelo de solidaridad.
Nuestra sociedad moderna está muy centrada en el consumo y la comunicación. Por lo que muchas veces en cuanto tenemos algo de dinero lo más importante es pensar en qué gastarlo. La publicidad es cada vez más eficiente y efectiva fomentando esta sociedad de consumo.
No hay nada de malo en darse un capricho, como un nuevo par de zapatillas o una comida en el restaurante. ¡Pero no necesitamos cada vez más cosas para ser más felices! Es más cuando realizamos donaciones podemos ser incluso más felices. Este acto activa las áreas de placer y felicidad en nuestro cerebro. Resultado: al dar, liberamos endorfinas que provocan una sensación de bienestar y relajación.
Si dar contribuye al bienestar de los donantes y beneficia a las personas necesitadas, solo puede tener consecuencias beneficiosas. Por tanto, el único límite a poner a los hijos sería siempre guardar algo para ahorrar. Ser generoso y hacer donaciones es una muy buena cualidad, pero hay que explicarles que eso no debe ponerlos en números rojos.
Por otro lado, la filantropía es una buena cualidad, pero es importante advertirles que las personas deshonestas pueden aprovecharse de la generosidad de los demás. La idea no es desilusionarlos con el mundo, sino simplemente sensibilizarlos sobre la realidad de la sociedad, e invitarlos a acercarse a ONG reconocidas y asociaciones de confianza.
